Mejoramiento genético y silvicultura de plantaciones para la producción sostenible de productos forestales para distintos destinos industriales
Objetivo General
Generar conocimiento para la gestión sostenible de sistemas productivos forestales implantados con materiales de propagación mejorados y esquemas silvícolas adecuados a las demandas de la foresto-industria local y nacional que permitan incrementar la productividad y la adaptabilidad a distintos ambientes y su variabilidad climática.
Resumen Ejecutivo
En Argentina, la madera proveniente de bosques implantados cubre más del 90% de la demanda de materia prima de las industrias forestales (construcción de viviendas, muebles, tableros, papel y cartón, carbón, resinas, taninos). La disponibilidad de material genético superior de especies introducidas y nativas, combinado con manejo silvícola ajustado en función del ambiente y el destino industrial, es clave para el desarrollo de la cadena de valor forestal. Esto debe realizarse en un marco de Gestión Forestal Sostenible y considerando los tratados ambientales firmados por Argentina. El proyecto responde a diversos Problemas y Oportunidades del sector. Entre los problemas se destaca el limitado desarrollo foresto-industrial para abastecer a distintos mercados (nacional e internacional) que permitan aprovechar las ventajas competitivas de diferentes regiones del país, mientras que las oportunidades incluyen la creciente demanda de productos forestales y la capacidad institucional para: gestionar la diversidad genética de especies nativas y cultivadas a través de la evaluación y desarrollo de nuevo germoplasma, el uso sustentable y la conservación de los recursos genéticos forestales; generar tecnologías que contribuyan a una producción foresto-industrial sostenible con menor impacto ambiental; y desarrollar manejos silvícolas que permitan alcanzar los estándares exigidos por la industria. En este marco, el objetivo del proyecto es generar conocimientos para la gestión sostenible de sistemas productivos forestales, implantados con materiales de propagación mejorados y esquemas silvícolas adecuados a las demandas de la foresto-industria que permitan incrementar la productividad y la adaptabilidad a distintos ambientes y su variabilidad climática. Los principales productos son: i) materiales mejorados de Coníferas, Salicáceas, Eucaliptos y Nativas con calidad genética certificada, caracterizados por propiedades de la madera y resistencia a estreses bióticos y abióticos ii) propuestas de manejo silvícola ajustadas en función del genotipo, ambiente y destino industrial iii) herramientas para mejorar los procesos de selección genética y fenotipado iv) caracterización de la calidad de productos forestales y procesos de agregado de valor. En función de los mismos, se espera un incremento en el uso de materiales de plantación y propuestas silvícolas desarrolladas por INTA para distintas industrias, y el fortalecimiento del sector forestal a partir de capacitaciones y herramientas para la toma de decisiones. El proyecto integra más de 20 sedes de INTA y abarca una amplia distribución geográfica (desde el NEA a la Patagonia). Para potenciar las capacidades se articulará con otros proyectos de la cartera y se fortalecerán las vinculaciones público-público y público-privadas. Las actividades de Transferencia y Extensión se coordinarán con las PIT y los P. Regionales, potenciando los canales de comunicación con actores del SAB y la sociedad en general.
Descripción de Problemas y Oportunidades
Los primeros antecedentes de mejoramiento genético forestal en Argentina datan de la década de 1950. La elección de las principales especies para generar plantaciones se realizó según la adaptación a las distintas zonas ecológicas y considerando el ritmo de crecimiento de las mismas [4] [6] [22]. Así, se logró reconocer las principales poblaciones naturales y/o procedencias a usar como fuentes de semilla para generar plantaciones de mayor rendimiento volumétrico. Luego, para abastecer a la industria del aserrado, se agregó como objetivo mejorar la forma de los árboles. Los resultados de esos desarrollos [33] y su progresiva transferencia por parte del INTA al sector productivo, se aprecian en las nuevas forestaciones con significativos progresos en crecimiento y forma (rectitud y reducción de bifurcaciones). En los últimos años, se incrementó la exigencia de calidad de la madera para usos industriales específicos [27] con el objetivo de acceder a estratos más altos de la cadena de valor en el mercado nacional e internacional. Por otro lado, también hubo grandes avances en relación a la conservación y mejoramiento genético de especies forestales nativas [82]. Los primeros trabajos de conservación y domesticación se iniciaron en la década de 1970, con Araucaria angustifolia [17], Prosopis spp. [44] [45] y Nothofagus spp. [19] [20]. Posteriormente se incorporaron especies como Cedrela spp., Cordia spp. y en la actual cartera se incorporó formalmente a Schinopsis spp. (Quebracho colorado). Algunas especies nativas son competitivas y aún en aquellas de crecimiento relativamente lento, éste se compensa con una mayor calidad de madera y capacidad adaptativa en sitios marginales. En los últimos años cobraron relevancia los programas de restauración o de enriquecimiento del bosque nativo que requieren la domesticación de especies nativas clave de los principales ecosistemas forestales del país [82]. Actualmente, el INTA es el principal oferente de material de propagación mejorado de especies nativas e introducidas para uso en plantaciones forestales de alto rendimiento, sistemas agroforestales, plantación y enriquecimiento de bosques nativos, y rehabilitación de suelos degradados. Respecto a la Silvicultura, si bien tuvo sus inicios en las primeras décadas del siglo pasado, también se intensificó a partir de los años 50’ en el país [83]. Actualmente, las principales cuencas forestales cuentan con prácticas adecuadas para alcanzar estándares de productividad y calidad de la madera para distintos fines, adaptabilidad, costos competitivos y menor impacto potencial sobre los recursos naturales y servicios ambientales [84]. El análisis integrado de las relaciones entre las plantaciones forestales, las prácticas silvícolas y el ambiente comenzó a en los ´90 donde se realizaron evaluaciones del impacto de las plantaciones principalmente sobre la calidad física y química del suelo, el ciclo de nutrientes y balance de carbono, la biodiversidad y el consumo de agua [85]. Estos estudios generaron información básica para la elaboración de propuestas de Gestión Forestal Sostenible y aportaron junto a otras instituciones (CONICET, Universidades, ONGs, AFoA) criterios e indicadores a los sistemas de certificación forestal (CERFOAR-PEFC; FSC). Otro de los aspectos abordados en ese momento fue la modelización forestal y la calidad de rollizos que permitió que los productores y empresas cuenten con simuladores de crecimiento, mediante los cuales es posible estimar la producción esperada en base a los objetivos propuestos, condiciones de sitio y manejo. Estos permiten definir la aplicación de prácticas de regulación de la densidad adecuada para lograr rollizos de alta calidad y rendimiento en aserraderos, e incrementar sensiblemente su valor comercial, tanto en plantaciones puras como en sistemas silvopastoriles, priorizando la obtención de madera de calidad para usos sólidos [85]. En los último años, se iniciaron estudios de fenotipado combinando el análisis de características tecnológicas de la madera con aquellas funcionales que mejoren la adaptación a distintos ambientes y al cambio climático [86].Se evalúa la aptitud de los productos forestales para distintos destinos industriales y se generan capacitaciones en industrialización y tecnología de la madera. En este sentido, se destaca el uso estructural y la construcción de viviendas en madera como estrategia de aumento del valor agregado de productos forestales [87].