Producción y ambiente: el cuidado de los recursos naturales ante un nuevo escenario climático
Objetivo General
Generar y comunicar conocimientos, tecnologías y capacidades (RRHH) que promuevan una mejora en el manejo de los servicios ecosistémicos, con énfasis en los de regulación y soporte, en contexto de cambio climático global.
Resumen Ejecutivo
En una gran parte del área semiárida y subhúmeda, los sistemas de producción agrícola han sufrido cambios asociados a la intensificación y expansión de la frontera agropecuaria acelerando la pérdida de fertilidad física, química y biológica del suelo e incrementando el uso de fitosanitarios, la generación de residuos agropecuarios y alterando la dinámica de agua del suelo y napa, y sales en los diferentes escenarios productivos. Los sistemas agrícolas están influenciados por la variación en precipitaciones, por la presencia del nivel freático, por aspectos genéticos del suelo, del cultivo y del manejo en áreas disturbadas y naturales. Los sistemas de producción ganadera son responsables de la arbustización y de la degradación de los pastizales, a causa de un manejo inadecuado. En forma conjunta, la producción agropecuaria contribuye (aunque mínimamente) al calentamiento global y al cambio climático, y requiere esfuerzos para adaptarse a sus consecuencias. El conocimiento de estos factores, constituye la base para mejorar los diagnósticos que permitan identificar problemas y/o procesos y diseñar o implementar estrategias de producción en los sistemas actuales de producción. Este proyecto pretende promover el desarrollo de conocimientos para la gestión integrada de los recursos naturales, identificando y estableciendo un orden jerárquico de factores que condicionan la eficiencia de uso de los recursos para incrementar la productividad de los cultivos en sistemas agropecuarios, reduciendo el uso de fitosanitarios, pérdida y degradación de fertilidad de los suelos y biodiversidad de los sistemas, así como la capacitación de RRHH. Para ello se desarrollarán actividades en distintos puntos del territorio que permitirán obtener los siguientes productos: i) fortalecimiento y constitución de nuevos nodos territoriales para la gestión de los servicios de regulación y soporte; ii) factores que condicionan la dinámica de los procesos, identificados, caracterizados y jerarquizado en los servicios de regulación y soporte; iii) estrategias de manejo identificadas para mejorar la productividad de los RRNN; iv) documentos estratégicos para el estudio protocolizado de las variables relacionadas con los RRNN; v) incremento del número de RRHH capacitados en los territorios. Por lo tanto los resultados que este proyecto espera lograr son: i) nodos territoriales desarrollados y fortalecidos; ii) factores que condicionan la productividad de los sistemas agropecuarios identificados, categorizados y jerarquizados; iii) documentos estratégicos divulgados para el estudio protocolizado de las variables relacionadas con la determinación de indicadores de gestión de RRNN en sistema agropecuarios; iv) herramientas, tecnologías y metodologías disponibles y apropiables para productores/técnicos de los sistemas agropecuarios en el territorio.
Descripción de Problemas y Oportunidades
Los cambios en los sistemas de producción agrícola en Argentina muestran una intensificación en el uso de insumos de síntesis. Hubo una tendencia creciente en su uso, pasando de 151,3 millones de kg/l de productos comercializados en el año 2002 a cerca de 317 millones en 2012 (CASAFE 2012), incrementando el riesgo de contaminación por productos fitosanitarios (Porfiri et al. 2017) y la aparición de plagas resistentes a ellos (Montoya y Yanniccari 2021). Los plaguicidas juegan un papel sensible en los sistemas de producción de alimentos, ya que contribuyen a garantizar una producción alimentaria suficiente pero plantean riesgos para la salud y el ambiente. Su uso inadecuado puede tener efectos adversos agudos o crónicos para la salud humana, por lo que deben reducirse gradualmente a un nivel que sea efectivamente necesario para garantizar la producción de cultivos, reduciendo los riesgos de su uso. El mantenimiento de la calidad del suelo, el secuestro y almacenamiento de carbono, la capacidad de soporte para la vegetación, y el movimiento de agua y nutrientes forman parte de los servicios ecosistémicos de regulación (SER) más importantes (FAO, 2022). La degradación de suelos por erosión disminuye la funcionalidad del mismo, siendo este proceso de degradación el más importante tanto a nivel mundial como en las provincias de La Pampa y San Luis (Casas, 2015). Con respecto al carbono, en el suelo es donde existe una mayor capacidad de secuestro y almacenamiento, siendo los sistemas en base a pasturas o silvo-pastoriles aquellos que tienen una mayor capacidad para realizarlo (Lal, 2004). El agua biodisponible es influenciada además por la capacidad de retención de los suelos, junto a características del cultivo (especie vegetal, ciclo, profundidad efectiva de raíces y densidad radical y del manejo (sistema de labranza, cultivo antecesor, barbecho, cobertura, fertilización) (Frasier et al., 2019). El régimen hídrico es influenciado también por la presencia del nivel freático (profundidad, ascenso capilar, contenido y composición de sales) y por factores que condicionan la captación (infiltración, conductividad hidráulica) el almacenaje y la eficiencia de uso del agua. El conocimiento de estos factores constituye la base para mejorar los diagnósticos y elaborar estrategias de producción de grano y forraje para una agricultura y ganadería de precisión (Prieto et al., 2018). Por su parte, los sistemas ganaderos en la región son responsables del 80% del proceso de arbustización y de la degradación de los pastizales, a causa de un manejo inadecuado (mala distribución de aguadas, falta de descansos y rotaciones, etc.). La arbustización, lignificación o enriquecimiento de leñosas es un fenómeno ecológico complejo caracterizado por el reemplazo de especies herbáceas por arbustivas, tanto árboles como arbustos. Este proceso modifica la composición y diversidad de especies, la productividad, el stock de carbono, el ciclado de nutrientes, la dinámica del agua, la fertilidad del suelo, etc. (Aguiar et al., 1996). Tanto los sistemas agrícolas como ganaderos de la región y del país contribuyen (aunque mínimamente) al calentamiento global y al cambio climático. La contribución nacional a las emisiones de gases invernadero (364 Mt CO2eq), corresponde al 0,77% de las emisiones globales (SAyDS, 2019), aunque debe mitigarse mediante la reducción de emisiones y la compensación a través del secuestro de carbono para poder cumplir la metas de carbono neutralidad hacia 2050 (Frank et al., 2022). De este total, alrededor del 37% corresponde al sector AFOLU (agricultura, forestación y otros usos de la tierra), siendo sus principales fuentes la fermentación entérica y el manejo del estiércol del ganado, cambios en el uso del suelo, y quema de biomasa. Las provincias de La Pampa y San Luis ocupan las posiciones 6 y 13 respecto a las emisiones, totalizando la primera 15,8 Mt CO2eq en 2018 (88% corresponden al sector AFOLU, principalmente ganadería, quemas y cambios en el uso de la tierra). Sin embargo, estos valores no tienen en cuenta que Argentina cuenta con una gigantesca plataforma de fotosíntesis apta para capturar y acumular carbono orgánico en la biomasa de la vegetación y en el suelo. Si bien no se cuenta con suficientes mediciones a campo, existe la posibilidad de que el balance de la región sea de captura y no emisiones, por lo que hay un desafío metodológico a explorar.