Abordaje de la calidad y procesos de agregado de valor de productos en sistemas agrobioindustriales sostenibles

Código:
2023-PE-L04-I119
Impacto:
Económico
Plazo:
48 Meses
Instrumento:
Proyecto estructural (Cartera 2023)
Título:
Abordaje de la calidad y procesos de agregado de valor de productos en sistemas agrobioindustriales sostenibles
Centro o programa involucrado:
Valor Agregado, Agroindustria y Bioenergía

Objetivo General

Contribuir al desarrollo de los sistemas agrobioindustriales mediante la valoración de la calidad de materias primas, procesos y productos

Resumen Ejecutivo

La principal oportunidad a abordar por el proyecto se relaciona a satisfacer la creciente demanda de alimentos de alta calidad nutricional y sensorial, y el desarrollo de nuevos alimentos que incorporen atributos de calidad específicos. Además, contempla la valorización de otros productos como la madera, contribuyendo a fomentar el empleo de materiales de construcción amigables con el ambiente. El agregado de valor se plantea siguiendo la secuencia materia prima, proceso de producción, transformación y conservación. En el caso de los alimentos incluye la aceptabilidad sensorial, su aporte nutricional y la valorización de productos típicos locales. El objetivo general del proyecto, es contribuir al desarrollo de los sistemas agrobioindustriales mediante la valoración de la calidad de materias primas, procesos y productos. Para dar respuesta al mismo se plantean 4 objetivos específicos: 1-Determinar calidad físico-química, nutricional y sensorial de alimentos generados en las diferentes cadenas productivas, 2- Estudiar el efecto de los procesos de producción y preservación sobre la aptitud tecnológica y la calidad de la materia prima, los productos y su vida útil, 3- Brindar información para los procesos de valoración, normalización y diferenciación de productos, 4-Difundir, articular y transferir los resultados a través de diferentes estrategias de comunicación y vinculación con instancias programáticas de INTA y actores en el territorio. Los resultados del primer objetivo comprenden la caracterización de los alimentos y el desarrollo de metodologías innovadoras de análisis que permitan reducir tiempos, costos, y la generación de desechos contaminantes. Los resultados del segundo objetivo se enfocan por un lado en el impacto de variables de producción y transformación de materias primas sobre su calidad y aptitud tecnológica, y por otro en la calidad y vida útil de los alimentos elaborados a partir de las mismas. De esta manera se espera conocer y mejorar la aptitud tecnológica de las materias primas, y mejorar la calidad de los alimentos. Los resultados del tercer objetivo apuntan a valorizar productos regionales. Por un lado, a la madera, mediante el desarrollo y caracterización de nuevos productos bajo normas nacionales de calidad. Por otro lado, a la identificación y caracterización de alimentos típicos locales, para su valorización integral. A través del cuarto objetivo se espera llegar a los distintos actores del SAAA, tanto consumidores, técnicos y profesionales de distintas áreas (agropecuarias, salud, etc), industria, gobiernos, asociaciones e instituciones. Para ello, se proponen articulaciones con los diferentes actores, comunicación de resultados, conocimientos y logros del proyecto utilizando diferentes estrategias, y la formación de competencias para la caracterización y la valoración de materias primas, procesos y productos. Además, se espera aportar a normativas y participar en mesas técnicas en ámbitos regionales y nacionales.

Descripción de Problemas y Oportunidades

La seguridad alimentaria implica alimentos accesibles a toda la población para prevenir los problemas de malnutrición y desnutrición. El desafío actual es estudiar los sistemas alimentarios, para asegurar la calidad integral de los mismos desde la producción hasta su consumo. A nivel mundial, se estima que al 2050 se requerirá un incremento del 70% en la producción de alimentos por el aumento de la población. Según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (2019) los patrones alimentarios en nuestro país han empeorado en las últimas décadas, debido a un elevado consumo de sodio y de azúcar respecto a los máximos recomendados, un muy bajo consumo de frutas y verduras, y un muy alto consumo de bebidas azucaradas. Esto se observa en todos los grupos etarios y sociales, particularmente en los grupos en situación de mayor vulnerabilidad social. En este sentido, estos grupos no solo ingieren menos alimentos frescos como frutas, hortalizas, lácteos y carne, sino que consumen mayor cantidad de alimentos con altos contenidos de azúcar, grasas y sal. Surge así la necesidad de aportar conocimientos sobre las propiedades de los alimentos que contribuyan a mejorar la situación nutricional de nuestra población, teniendo en cuenta los componentes culturales, tradiciones, requerimientos nutricionales y hábitos de consumo. Desde el punto de vista de la salud pública, el desarrollo de productos altamente nutritivos, repercutirá positivamente tanto en la población en general como en nichos poblacionales con requerimientos específicos. En este contexto las proteínas ocupan un rol privilegiado. En consecuencia, resulta altamente estratégico en términos de seguridad nutricional el estudio de alimentos ricos en proteínas de alta calidad que permitan acompañar los requerimientos de la población. Por otra parte, existe además la oportunidad de aprovechar el requerimiento global de nuevas fuentes de proteína vegetal y la creciente demanda de granos. En el caso de las frutas y hortalizas, fuente de fibra, vitaminas, prebióticos y minerales, es necesario aportar información para contribuir a aumentar su consumo. Según FAO (Reporte Naciones Unidas, 2021), las pérdidas y desperdicios en alimentos (PDA) ocasionan una pérdida de aproximadamente el 17% de la producción mundial, lo cual representa el 38% del uso total de energía en el sistema alimentario. Las PDA constituyen una preocupación a nivel mundial y forman parte de la meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En este marco, el aprovechamiento de subproductos resulta estratégico dado que puede promover la viabilidad y la diversificación de economías regionales. Además, estudiar procesos para extender la vida útil de materia prima y productos aportará a la reducción de las pérdidas. El mencionado aumento de la población mundial se traduce en un incremento de la demanda de recursos y presión sobre el medio ambiente, en un contexto de cambio climático que agrava aún más la situación. El Banco Mundial estima que para 2030 el déficit habitacional global llegará a 240 millones de unidades. La forma en la que los países afronten este déficit será clave para garantizar el desarrollo sostenible del planeta. Construir con materiales de baja huella de carbono es un aporte sustancial al problema y la madera es el único material de construcción renovable (si el bosque se gestiona de manera sustentable, la madera puede considerarse un recurso renovable). Además, la madera requiere menor cantidad de energía para ser procesada y acumula grandes cantidades de CO2. Producir una tonelada de madera genera 33 kilos de emisiones netas, frente a 264 kilos del cemento o 694 kilos del acero. En base al Censo Nacional (INDEC 2010) y la Encuesta Permanente de Hogares (EPH, INDEC 2014), en Argentina, existiría un déficit de 3,5 millones de hogares, de los cuales, 1,3 millones deberían ser viviendas nuevas. Se estima que esta demanda crece a una tasa de 2,5% anual. No existen datos oficiales, pero la proporción de viviendas construidas anualmente con madera a nivel nacional, no alcanza el 5% del total. Las causas del escaso uso de la madera en construcción en nuestro país son diversas pero es imprescindible trabajar para revertirlo y enfrentar los desafíos planteados. El conocimiento es el sustento fundamental para respaldar la calidad, seguridad y origen de los alimentos y materias primas generando confianza en los consumidores y posibilidades para todas las cadenas.

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