Ecosistema de innovación, integración digital y adopción de AgTech para reducir la brecha tecnológica en el SAB
Objetivo General
Promover la creación de ecosistemas de innovación inclusivos que favorezcan el acceso, desarrollo y adopción de tecnologías AgTech, que impulsen la alfabetización digital y contribuyan a reducir la brecha tecnológica existente en el SAB.
Resumen Ejecutivo
El acceso desigual a la información, conocimiento y educación mediante tecnologías de información y comunicación (TIC) se denomina brecha digital y constituye uno de los desafíos en la transición hacia una economía y sociedad más inclusivas. El problema, agudizado en las áreas rurales y según el género, tiene causas multifactoriales: ubicación geográfica, acceso a conectividad y servicios básicos, pero también competencias digitales para adoptar tecnologías. La dificultad en el acceso a conectividad y TIC tiene relación directa con la falta de desarrollo de emprendimientos productivos, de intercambio de experiencias y reduce la posibilidad de acceso a la formación para el trabajo y a la educación. Este proyecto busca diseñar espacios para explorar y promover las AgTech como vehículo para la inclusión e innovación sostenibles en base a dos pilares fundamentales: movilizar capacidades en cadenas más retraídas en el proceso de incorporación tecnológica, como la AFCI y desarrollar y fortalecer competencias digitales para el aprovechamiento de nuevas tecnologías. Se propone como instrumento para acompañar la definición de políticas públicas en materia de acceso a la conectividad y a las infraestructuras tecnológicas básicas que brinden soluciones a los desafíos actuales de los sistemas agroalimentarios. El objetivo general es promover la creación de ecosistemas de innovación inclusivos que favorezcan el acceso, desarrollo y adopción de tecnologías AgTech, que impulsen la alfabetización digital y contribuyan a reducir la brecha tecnológica existente en el SAB. Los objetivos específicos son: i) Promover interfaces de colaboración y vinculación entre instituciones, PyMES y organizaciones agropecuarias para identificar soluciones basadas en AgTech que mejoren la calidad de vida de la población rural, la empleabilidad y la producción en distintas escalas; ii) Impulsar procesos de innovación abierta e integrar las TI para la promoción y crecimiento de las economías locales y regionales; iii) Promover el aprendizaje e incorporación de competencias digitales en los distintos agentes territoriales del ecosistema de innovación; iv) Contribuir al diseño de políticas públicas orientadas al desarrollo socioagrotecnodigital y al acceso a infraestructura básica de conectividad en el ámbito rural. Como parte del Programa Nacional AgTech y al tratarse de un campo de trabajo incipiente para el INTA, el proyecto plantea como estrategia un abordaje de carácter sistémico, dado que la brecha digital es un problema complejo compuesto por múltiples aristas interrelacionadas. Por su población objetivo y enfoque, se relaciona de forma directa con el Programa Nacional de AFCI y el Programa Nacional Desarrollo Regional y Territorial.
Descripción de Problemas y Oportunidades
El rol de las AgTech como vector para incrementar la eficiencia de los recursos y productividad dentro de los sistemas alimentarios ocupa un lugar central en la literatura actual (Bilali & Allahyari, 2018). Entre las múltiples aplicaciones, se destaca el uso de TIC para reducir la aplicación de insumos como fertilizantes y agroquímicos, y disminuir el consumo de bienes naturales como agua y energía (Lehmann, et al., 2012). La aplicación del Big Data para la toma decisiones abarca también diversos eslabones de las cadenas de valor alimentarias; la recolección de datos es utilizada para el mantenimiento preventivo de equipos, optimización de sistemas de riego y siembra (Berti & Mulligan, 2015), como base de otras tecnologías como sistemas geográficos de información (IAASTD, 2009) y en plataformas de intercambio comercial (Poppe, 2018) entre otros. Los desarrollos citados forman parte de la llamada agricultura de precisión, impulsada por la obtención de mayores márgenes de rentabilidad en manos de empresas globales altamente tecnificadas (Berti & Mulligan, 2015). La contracara de estos avances indican para América Latina y el Caribe, una agricultura mediana y pequeña con bajos niveles de inclusión digital, en etapas tempranas de apropiación y uso de TIC (Leiva, 2016). Dado que la alfabetización digital es considerada un requisito en los empleos agroalimentarios (ONU, 2019), diversos organismos internacionales han orientado investigaciones que demuestran el impacto positivo que las tecnologías y aptitudes digitales específicas representan para las poblaciones rurales de la región (ONU, 2019; FAO, 2021; FIDA, 2021). En particular, la desigualdad digital exige una mirada interseccional de género, ya que son las mujeres rurales las que padecen mayores desventajas en el acceso a las TIC (FIDA, 2021). Argentina tiene ricas experiencias en materia educativa para la inclusión digital con programas como Conectar Igualdad, relanzado en 2021 y que proyecta la entrega de 600.000 nuevas computadoras en escuelas secundarias del país. También se destaca desde 2013 el programa Escuelas Secundarias Rurales Mediadas por TIC, liderado por UNICEF, que permitió el dictado de clases en 8 secundarias mediadas por tecnología con 90 sedes en parajes rurales en las regiones NOA y NEA (Sotomayor, et al., 2021). Existe de esta manera una base de capacidad instalada para dirigir acciones de formación y capacitación en la juventud y que puede ser aprovechada para establecer un ecosistema de la agricultura digital (FAO, 2019). Para lograr la disponibilidad de las AgTech en la AFCI, FAO (2015) destaca 7 elementos clave: la adaptación de contenidos situados que resulten relevantes para la población objetivo; el desarrollo de capacidades (habilidades para el uso de tecnologías a nivel individual, organizacional y de las propias instituciones); considerar la diversidad intergeneracional y de género; generar bases de participación ciudadana; desarrollar partenariados efectivos junto al sector privado; identificar las necesidades locales y aquellas tecnologías con potencial de respuesta; y asegurar la sostenibilidad y escalamiento de las iniciativas priorizadas. A partir de un convenio marco con ENACOM, el INTA impulsó el Relevamiento de Conectividad Rural (2021), iniciativa que aportó datos valiosos que demuestran la existencia de una brecha digital en parajes rurales. Con 311 parajes relevados (70% de ellos con menos de 1000 habitantes) más del 40% no tiene conectividad ni acceso a las comunicaciones, cifra que se eleva a más del 80% si se incluye la variable de parajes con mala o regular conectividad. Del total, el 82% corresponde a la agricultura familiar. El 86% de los parajes sin conectividad tienen menos de 500 habitantes y en el 19% de ellos hay población indígena. Este relevamiento da cuenta de las necesidades socio organizativas y de infraestructura del sector. Junto al Sistema Nacional de Extensión y otros instrumentos programáticos, el INTA cuenta con capacidades para profundizar el estudio y generar insumos que propicien el diálogo intersectorial hacia el diseño de políticas públicas digitales situadas.