Intensificación sostenible de la horticultura en Mendoza y San Juan
Objetivo General
Contribuir a la sostenibilidad de los agroecosistemas hortícolas y semilleros con propuestas tecnológicas transferibles a niveles productivos, organizativos y multisectoriales de Mendoza y San Juan
Resumen Ejecutivo
El proyecto atiende problemáticas de los sistemas productivos hortícolas de Mendoza y San Juan relacionadas al mal uso o falta de aplicación de tecnologías adecuadas en labores culturales y riego, baja competitividad de las principales cadenas productivas, del avance de enfermedades y plagas cuarentenarias, escasa implementación de prácticas que aseguren calidad e inocuidad del ambiente y alimentos. Se contemplan oportunidades de aplicar estrategias productivas sostenibles, la creciente valorización de los recursos ecosistémicos y productos diferenciados. Se pretende un abordaje con enfoque de desarrollo territorial, propiciando procesos de innovación tecnológica-organizacional tendientes a superar problemáticas generadas en los sistemas productivos hortícolas tradicionales hacia modelos de transición sostenibles. El objetivo general es contribuir a la sostenibilidad de los agroecosistemas hortícolas y semilleros con propuestas tecnológicas transferibles a niveles productivos, organizativos y multisectoriales del territorio de Mendoza y San Juan. A través de tres objetivos específicos, 1- Desarrollar y validar tecnologías de manejo de cultivos, de optimización de recursos y procesos de gestión, que fortalezcan la sostenibilidad de los agroecosistemas hortícolas regionales. 2- Diseñar sistemas productivos hortícolas, mediante enfoques y modelos innovadores de transición, que contribuyan a mejorar la competitividad y mitigar los efectos del cambio climático. 3 - Dinamizar y fortalecer las capacidades y competencias de los actores territoriales para la innovación en sistemas productivos hortícolas sostenibles. Mediante acciones de transferencia y extensión, con articulación y vinculación de instituciones, organizaciones, productores y empresas en el territorio. Se espera obtener resultados de desarrollos y validaciones tecnológicas para el manejo de cultivos, con prácticas que contribuyen a la competitividad del sector, avances en el conocimiento sobre modelos de optimización de recursos y procesos de gestión que aportan a la sostenibilidad de los agro-ecosistemas hortícolas.
Descripción de Problemas y Oportunidades
El área de ejecución del Proyecto Regional Hortícola abarca las provincias de Mendoza y San Juan. Esta región se ha desarrollado como el polo agroalimentario más importante del oeste argentino por sus recursos naturales, capacidad de producción y capital humanos. Es una región que atrae inversores nacionales e internacionales. Posee un clima semiárido, con un promedio de 150 mm de precipitaciones al año. La actividad agropecuaria depende del sistema de riego gravitacional y del agua subterránea. La infraestructura hidráulica está compuesta de embalses, diques derivadores, canales de riego y acequias permitiendo el aprovechamiento de las aguas de ríos. En Mendoza la superficie irrigada para uso agrícola representa el 3,4 % de la superficie total. Algo similar, pero en menor escala, ocurre en San Juan. El cambio climático afecta la región con épocas de sequía cada vez más notables y críticas. Las actividades agrícolas se desarrollan mayoritariamente en los oasis. La cadena hortícola es importante en ambas provincias, no solo por la superficie implantada de 40.000 ha anuales (aproximadamente), sino por las 4.000 EAPs que la sustentan. La superficie cultivada es variable a través de los años, de acuerdo a la naturaleza anual de los cultivos y el comportamiento de los mercados (CNA 2018). Las principales especies cultivadas son: ajo, tomate, papa, zapallo, zanahoria y cebolla, a las que se suma una amplia diversidad de hortalizas de hojas, producción de semillas hortícolas, aromáticas y flores (Pereyra 2021). Toda la actividad hortícola no solo es de importancia regional, sino que atiende una gran porción de la actividad comercial nacional. Por ejemplo, se puede mencionar que Argentina es el tercer exportador mundial de ajo, el 98 % del cual se produce en nuestra región. La cebolla y el zapallo también se exportan hacia Brasil y Europa, respectivamente. También son importantes otras hortalizas como zanahoria, papa, espárrago, alcaucil, sandía, melón, etc. que consiguen precios interesantes en el mercado externo. Se destaca la producción de semilla, muchas veces producidas en nuestra región por empresas semilleras extranjeras debido a las condiciones climáticas predominantes. Se encuentra instalada la principal capacidad industrial del país para producir conservas y hortalizas deshidratadas y congeladas. Sólo en producción primaria se generan 4 millones de jornales, el equivalente a 20.000 persona/año sin contar los puestos de trabajo generados por el sector de empaque y el industrial que elevan considerablemente este número de puestos. El elevado volumen de productividad ha impulsado el desarrollo de importantes centros de comercialización y distribución de hortalizas en toda la región. Por las características de la producción, especies anuales, se da en este sector la mayor cantidad de arriendos o toma en porcentaje de la tierra, lo cual tiene importantes consecuencias sociales, económicas y ecológicas, derivadas fundamentalmente del uso rentado de la tierra. Las cadenas de producción hortícolas más importantes en la región son el ajo, tomate para industria, cebolla, melón, zapallo y zanahoria. Los cultivos hortícolas, con alguna significación estadística, suman unas 40 especies. (IDR 2018-19). Particular importancia adquieren los cinturones verdes, no solo en términos de actividad económica, sino también en su impacto ambiental y salud humana (Goites 2020). Desde el punto de vista agroecológico, la región en su condición semidesértica, tiene una fragilidad ambiental, potenciada por la actividad antrópica. Debido a la complejidad de las problemáticas que presenta la horticultura en Mendoza y San Juan, relacionado a la creciente escasez del recurso hídrico, prácticas inadecuadas de manejo del riego y culturales, incremento de los costos productivos, necesidad de aumentar los rendimientos, uso irracional de agroquímicos, riesgos de contaminación de los recursos y de los alimentos (Silva et al 2021) y con oportunidades vinculadas al uso más eficiente del agua, la creciente comercialización de productos locales valorizados por calidad e inocuidad, aplicación de estrategias de intensificación sostenibles (Gianoni 2021) (Aquindo 2022), generan el desafío de un abordaje integral, innovación tecnológica-organizacional para contribuir al desarrollo de sistemas productivos sostenibles (Andrade 2020) (Bacigaluppo et al 2020).
Sede del proyecto
Coordinadores
