Generación y difusión de tecnologías para el desarrollo sostenible de los sistemas productivos hortícolas del NEA
Objetivo General
Contribuir al desarrollo sostenible de los sistemas de producción hortícola del NEA a través de la generación de espacios participativos, la innovación tecnológica y la conservación de los recursos naturales
Resumen Ejecutivo
Los relevamientos de problemas y oportunidades realizados en los últimos años han exhibido que los más frecuentes son la escasa difusión de tecnologías para la producción sustentable: BPA en cultivos hortícolas, MIPyE, gestión de residuos plásticos y de residuos de cosecha, prácticas de conservación de suelo; la baja competitividad del sector hortícola por elevados costos de producción con alta dependencia del uso de agroinsumos; y problemas sanitarios emergentes. El proyecto abarcará gran parte del noreste argentino e incluirá 5 Experimentales del INTA (EEA Bella Vista, EEA Corrientes, EEA Concordia, EEA El Colorado, EEA Colonia Benitez), 7 Agencias de Extensión (AER Bella Vista, AER Virasoro, AER Caa Cati, AER Goya, AER Saladas, AER Santa Rosa, AER Gral. Pinedo) y 1 instituto de investigación (IPAVE Córdoba). Los objetivos del proyecto I053 son evaluar y validar tecnologías e información que contribuyan con la sostenibilidad, productividad y competitividad de los sistemas hortícolas del NEA; promover procesos de innovación productiva a partir de tecnologías e información disponibles; consolidar espacios de trabajo institucional y fortalecer la articulación con entidades públicas y privadas para promover el desarrollo del sector. Se pretende realizar ensayos para evaluar bioinsumos como fuente de materia orgánica y como bioplagicidas, desinfección de suelo, cultivos de servicio y gestión de residuos. Se realizarán monitoreos de plagas, enemigos naturales y enfermedades para ajustar protocolos y kits de monitoreo. También se trabajará en la caracterización de patógenos y plagas, y se evaluarán distintos principios activos para su control. Se realizarán registros y relevamientos de fuentes de agua para riego en establecimientos de productores, márgenes brutos y costos de producción de cultivos hortícolas y de sistemas de transición de horticultura convencional hacia la agroecológica. Respecto al objetivo 2, se dará prioridad a la formación de recursos humanos en MIPE, gestión de residuos, caracterización productiva y económica de la horticultura del NEA, implementación de BPA, tecnologías de riego. Para el objetivo 3 se articulará con los programas nacionales de INTA, SENASA, INTI, INASE, CONICET, gob. provinciales, universidades, proyectos regionales y locales, PITs, sector privado, buscando generar espacios interinstitucionales. Se espera mejorar la sostenibilidad de los recursos del sistema hortícola disminuyendo el impacto ambiental; incremento de la eficiencia productiva por aumento de rendimiento y calidad del producto cosechado; herramientas disponibles para la toma de decisiones que aporten a la competitividad de los sistemas hortícolas; actores del sector en conocimiento de información económica, ambiental y tecnologías desarrolladas; espacios de trabajo consolidados; y nuevas vinculaciones con entidades públicas y privadas. Se realizará un seguimiento de las actividades para conocer su estado, dificultades y generar procesos de mejora.
Descripción de Problemas y Oportunidades
La horticultura intensiva sostenible debe cuidar, proteger y regenerar el suelo sin contaminar el agua, evitar resistencia a los plaguicidas y producir alimentos de calidad. La sostenibilidad tiene además del tecnológico, un componente económico y ético. En lo ético, cada generación debe preservar los recursos naturales recibidos y legarlos con el mejor potencial productivo a las generaciones que la seguirán. Esta responsabilidad recae sobre la sociedad en su conjunto y como problema de la sociedad el Estado tiene un rol para cumplir. Así lo interpretó el INTA al incorporar a la sostenibilidad entre sus cuatro grandes objetivos del Plan de Tecnología Agropecuario 1990-1995. Para producir conservando en lo tecnológico hay que desarrollar nuevos insumos y formas de empleo menos agresivos con el medio ambiente e incrementar tecnologías más conservacionistas de los recursos naturales. Los bioinsumos pueden desempeñar un papel clave en la conformación de un nuevo paquete tecnológico que se alinee con la tendencia a la descarbonización de los procesos productivos y que dé respuesta a las regulaciones sobre el uso de agroquímicos. De allí que, aunque aún representen una porción marginal del mercado de insumos para la producción agrícola, su marcada dinámica de crecimiento –en torno al 15% anual– contrasta con el estancamiento que evidencian los agroquímicos. Los bioinsumos permiten abordar diversas problemáticas tales como la regulación de plagas y enfermedades, la inducción de defensas, la promoción del crecimiento y desarrollo vegetal, sin demandar derivados de recursos no renovables para su producción ni dejar trazas de residuos en los alimentos. Los desarrollos existentes tienden a aplicarse por medio de métodos compatibles con las técnicas tradicionalmente utilizadas por los productores y presentan precios de mercado competitivos. Sin embargo, la variabilidad en su efectividad, los tiempos requeridos para apreciar su accionar y la cantidad de aplicaciones o dosificaciones son algunos de los aspectos que conspiran contra su adopción. Además, el proceso de adopción enfrenta dificultades “primarias”: sensibilización de los productores acerca de la importancia de iniciar el cambio, formación de profesionales y asesores para incorporar la transición tecnológica a los planteos productivos, e información imparcial sobre la eficacia y eficiencia de las soluciones ofrecidas. La oferta de bioinsumos se caracteriza hasta hoy por su atomización: no existe una firma que se destaque a nivel global, como sí ocurre en otros mercados emergentes asociados al desarrollo sustentable. A su vez, existe una demanda de investigación y desarrollo complementarios para los bioinsumos que se combinan con un paquete de agroquímicos por parte de las firmas. Ahora bien, el crecimiento de esa demanda, tanto a nivel nacional como regional, constituye el impulso más relevante para el desarrollo de estas tecnologías, con lo que el país puede apoyarse en sus capacidades científico-tecnológicas y empresarias para convertirse en un desarrollador, productor y exportador de tecnologías en algunos de los segmentos vinculados. Argentina presenta hoy un bajo nivel de adopción de bioinsumos en comparación con otros países de la región, como Chile y Brasil. El INTA cuenta con plantel de investigadores e infraestructura adecuada para llevar a cabo desarrollos a escala de laboratorio, pero tienden a encontrar mayores limitaciones para avanzar en las instancias de formulación, escalado y pruebas a campo. Existen hoy avances de productos de biocontrol para su aplicación en cultivos intensivos como frutales y hortalizas (Starobinsky et al., 2021). En el 2012, la Pcia. de Corrientes junto a la empresa Brometan, implementó un plan de control biológico en pimiento que permitió el conocimiento de productores y profesionales sobre esta herramienta de manejo de plagas organizada por el grupo de Entomólogos de la EEA Bella Vista. El costo de los agroquímicos representa 10% del costo total en producción de tomate (Molina, 2022) y se mejoró debido a la liberación de controladores biológicos. El margen bruto de tomate Elpida bajo invernadero en la campaña 2021 con un rendimiento de 190 Tn/ha fue de 21%, menor al año anterior debido a que el aumento del precio no alcanza a cubrir el incremento de los costos de insumos y comercialización (Zoilo et al., 2022). Esto muestra el poco margen de cambios en los insumos que se puede incluir en las recomendaciones técnicas de manejo.