Aportes a la Gestión integral del agua con distintas escalas de abordaje
Objetivo General
Promover y fortalecer las tecnologías de manejo, uso y acceso equitativo del agua en los sistemas productivos agrobioindustriales, propiciando procesos de planificación a distintas escalas.
Resumen Ejecutivo
El agua en Patagonia Sur es un recurso estratégico para el desarrollo de actividades agrobioindustriales, además de su función socio-ambiental. Su distribución y las lluvias son altamente heterogéneas, la mayor parte del territorio sufre graves déficits hídricos y el cambio climático (CC) genera incertidumbre sobre los escenarios de disponibilidad futura. El proyecto abordará problemas y oportunidades en base a 4 ejes que serían exitosos en la gestión y adaptación a esta nueva realidad: 1. INFORMACIÓN: se cuenta con información generada en la región pero existen importantes vacíos y desbalance en el conocimiento regional, para poder abordar el trabajo en las diferentes cuencas; 2. TECNOLOGÍAS: hay desarrollos tecnológicos disponibles, pero falta tecnología adaptada al contexto socio-productivo regional. Existen capacidades técnicas generales, pero no en las diferentes temáticas específicas vinculadas al agua; 3. GOBERNANZA: hay articulación interinstitucional en torno a la problemática del agua y se percibe la gobernanza y planificación como herramienta de cambio para la gestión de los recursos hídricos en el contexto del CC, sin embargo, son bajos los niveles de organización y participación de la comunidad y la gobernanza es débil; y 4. COMUNICACIÓN: los posicionamientos y toma de decisiones vinculados al agua suelen basarse en información incompleta o de difícil acceso. Se cuenta con capacidades (profesionales, técnicas, herramientas, articulación) para generar y difundir contenidos educativos y de concientización en diversos formatos y para diferentes destinatarios. El objetivo general es Promover y fortalecer las tecnologías de manejo, uso y acceso equitativo del agua en los sistemas productivos agrobioindustriales, propiciando procesos de planificación a distintas escalas. Para ello se aumentará la información (y facilitará su acceso) para la planificación hídrica integral; se mejorará el acceso, gestión, conservación y uso eficiente y sostenible del agua a diferentes escalas y con nuevas tecnologías; se propiciará una mayor participación de actores territoriales en la gestión del agua y la articulación para promover la toma de decisiones basadas en información; se propiciará el fortalecimiento de enfoques diversos (género, agua como derecho y como bien de uso compartido y común, valor multidimensional) mediante un mayor conocimiento sobre la situación hídrica regional por parte de la población objetivo. Para obtener estos resultados se articulará con la cartera programática, Redes y Plataformas INTA y actores extraINTA para unificar esfuerzos y potenciar el trabajo en equipo. El trabajo protocolizado en la región facilitará la publicación y transferencia de resultados entre las diversas unidades. Los 5 componentes estratégicos participarán activamente para fortalecer el trabajo en territorio. El equipo de gestión, con miembros de todas las EEAs y PITs regionales, será el encargado de planificar y monitorear las acciones a llevar adelante.
Descripción de Problemas y Oportunidades
La escasez de agua en calidad y cantidad para el desarrollo de las actividades humanas es un problema de alcance mundial (FAO 2013). La agricultura en los países en desarrollo sufre pérdidas de ≈26% por sequías o inundaciones (FAO 2017). Así, la gestión de los recursos naturales, el ordenamiento territorial (Leal Filho et al 2021), las estrategias asociativas de uso y manejo del agua, el aumento de eficiencias en sus diferentes escalas y reuso del agua (Caballer y Guadalajara 1998) son esenciales para el desarrollo sostenible de los territorios. Hay herramientas valiosas de información (uso de sensores remotos, SIG, modelización de sistemas, sensores de humedad de suelo y redes de estaciones hidrometeorológicas) que permiten planificar el uso del recurso y gestionar adecuadamente los sistemas agropecuarios a distintas escalas (Richard 2017; Calera et al 2016). Las redes de información y plataformas colaborativas interinstitucionales también aportan a la gestión del agua y de riesgos climáticos (https://www.ina.gov.ar/cra/index.php?seccion=6). La agricultura irrigada tiene gran potencial de mejora en Patagonia. La mayoría utiliza sistemas gravitacionales de distribución de agua en la parcela con una presunta baja eficiencia. El correcto diseño de parcelas y definición de parámetros de manejo del agua (Morabito et al 2007, Bongiovanni 2020), además de otros logros compatibles (riego por caudal discontinuo, nivelación láser y simuladores de riego, Neffen 2020, Bautista et al 2009) pueden hacerlos más eficientes. Los sistemas de riego presurizados mejoran la eficiencia y facilitan labores complementarias (Varela 2017, Salinas et al 2012). En Patagonia, deben ser adaptados al contexto (escasa infraestructura hídrica y energética, calidad del agua, situaciones económicas y márgenes productivos y acceso al mantenimiento especializado) que no suele ser aptos para instalar los paquetes tecnológicos como en otras regiones. A su vez es clave, para mejorar la eficiencia, seguir parámetros ambientales (suelo, planta, atmósfera) para tomar decisiones como momentos oportunos de riego y láminas a aplicar (Allen et al 2005). Para mejorar la EUA en lo doméstico y urbano se lograron varios desarrollos que reutilizan efluentes generados a diversas escalas. Puerto Madryn tiene un sistema de tratamiento lagunar que abastece a distintos usuarios (Faleschini et al 2008) y Mendoza tiene un gran sistema de tratamiento de aguas y áreas de cultivos comerciales específicos donde utilizar el agua tratada (Foresi s/f). A escala familiar, existen diversas tecnologías para tratar aguas grises y negras y para purificar aguas de fuentes no seguras (lluvia, pozos, vertientes, salinas, etc.; Hettiarachchi y Ardakanian s/f). En cuanto al acceso al agua para usos múltiples, INTA fue pionero e impulsor de sistemas de captación, conducción y almacenamiento de aguas superficiales y subterráneas en diversas regiones (García et al 2011, Basan Niskisch 2016). Éstos permitirían construir desarrollos tecnológicos y de gestión que promuevan el arraigo de comunidades rurales mediante una mejora sustancial en la calidad de vida (Bilbao 2015). El crecimiento de las ciudades a través de la migración de personas de áreas rurales a urbanas y el movimiento de los centros urbanos hacia la periferia tienen gran impacto en el sector productivo debido a cambios en el uso de la tierra. Estos procesos interfieren negativamente con la infraestructura asociada a la producción y generan desplazamiento hacia áreas marginales (Giobellina 2018). Sistemas de gobernanza y normativos sólidos, acceso a la información sobre las dinámicas del territorio (incluida la hídrica) y fomento a la producción son fundamentales para detener estos procesos nocivos para la salud de la población y de los agroecosistemas. Todos estos problemas se agravan en un contexto de CC, con procesos que se aceleran y recursos cada vez más limitados. En el caso del agua, la tendencia a la baja en la producción de agua de las principales cuencas y un incremento de la demanda para diversos usos (Pessacg et al 2020 y 2021) hacen necesario desarrollar un sistema de gobernanza participativo (Moreyra 2015) donde el agua no debe ser gestionada como un recurso explotable bajo las formas convencionales, sino como un bien común con fuerte presencia de las comunidades (Ostrom 2000), con un sistema de planificación y asignación pensado para promover un desarrollo integral, equitativo y sostenible de la sociedad.