Gestión del conocimiento para la innovación en el sistema agropecuario, agroalimentario, agroindustrial, y bioindustrial en el norte bonaerense
Objetivo General
Generar un sistema de innovación territorial que acompañe e impulse el SAB en el norte bonaerense, con diversidad de enfoques y acorde a las capacidades del CRBAN.
Resumen Ejecutivo
El Centro Regional Buenos Aires Norte está formado por cuatro Estaciones Experimentales (Pergamino, General Villegas, San Pedro y Delta del Paraná), y 25 espacios distribuidos en su área geográfica, ocupando a 410 agentes en todas sus tareas, roles y especialidades, que son el nexo directo con los diversos actores en más de 50 partidos. Aunque su accionar converge en múltiples abordajes construidos desde las distintas disciplinas, trayectorias, y situaciones diversas del territorio, es recurrente la sensación de insuficiencia respecto de cómo su accionar se expresa como colectivo. Subyacen aspectos metodológicos dominantes como: la sensación de que no es suficiente cómo se “llega” al sector productivo, un proceso discontinuo para superar la escisión investigación-extensión, limitadas experiencias de trabajo interdisciplinario, disponibilidad de información clave para el territorio que permanecen en ámbitos académicos y científicos y no logra conectar con la población objetivo y falta de articulación hacia el interior de la institución y con el territorio. Por todo lo expuesto, este proyecto se propone generar un sistema de innovación territorial que acompañe e impulse el SAB en el norte bonaerense, con diversidad de enfoques y acorde a las capacidades del CRBAN. Para lo cual se define tres objetivos específicos: 1. Construir miradas conjuntas y transversales sobre nociones de innovación de INTA en el territorio; 2. Dinamizar procesos de gestión de innovación colaborativos con énfasis en casos que enfrentan cambios en sus planteos productivos, con enfoque sustentable y/o agregado de valor y 3. Desarrollar capacidades innovadoras y metodologías interdisciplinarias que faciliten la gestión del conocimiento territorial y la participación activa de sus actores. El proyecto se plantea trabajar con 3 casos que funcionarán como catalizadores de los aprendizajes colectivos. Caso 1: Estudios sistemáticos en la cuenca del Arroyo Pergamino que caracterizan la evolución de este ambiente (EEA Pergamino, desde investigación). Caso 2: Acompañamiento en la transición a un sistema de producción agrícola con menos uso de insumos de síntesis química (AER Bragado, desde extensión). Caso 3: Experiencia “Ganaderos y Lecheros (Entre Giras y Encuentros)” (EEA Gral. Villegas, desde la PIT Agrícola Ganadera del Centro Pampeano). Como resultados del proyecto se espera contar con: 1.1. Perspectiva colectiva sobre los conceptos de la gestión del conocimiento para la innovación del INTA co-construidas con los agentes de SAB (ej. intensificación sostenible, innovación, inteligencia territorial, desarrollo y ordenamiento territorial) 1.2. Actores del SAB formados, con conocimiento para llevar adelante procesos de innovación; 2.1 Fortalecimiento y adquisición de capacidades de los equipos de INTA y actores del SAB; 3.1. Metodologías adaptadas para facilitar la gestión del conocimiento territorial; 3.2. Nuevas modalidades de vinculación entre los componentes estratégicos.
Descripción de Problemas y Oportunidades
Actualmente se sitúa al conocimiento como el principal capital que poseen las personas, instituciones, empresas y naciones para sobrevivir y desarrollarse en el nuevo orden mundial. Drucker (1993) plantea que en la economía el conocimiento no solamente se ha sumado a los recursos tradicionales de la actividad productiva (tierra, trabajo y capital), sino que se ha transformado en el único recurso que garantiza la sustentabilidad económica en el presente y futuro (Castells, Garvin). La gestión del conocimiento (GC) ha empezado a imponerse dentro de las organizaciones durante las últimas dos décadas, debido a que son cada vez más conscientes de que sus activos más valiosos no son las propiedades, ni las inversiones, ni siquiera la tecnología o la información; lo más valioso es el conocimiento que tienen sus integrantes y colaboradores, el know-how, know-why, know-what, know-who. Ese conocimiento, también conocido en la literatura como "activos intangibles" y "capital intelectual", es el que la GC pretende capturar, administrar, difundir y potencializar. La GC comprende todos los procesos, estrategias, herramientas y técnicas tendientes a aprovechar el conocimiento de las personas y transferirlo a toda la organización, capitalizando en todos los niveles (Mejía Correa, 2016) El PEI 2015-2030 define a la innovación territorial como un “Proceso de construcción social que se realiza en los territorios para beneficios de sus habitantes y que impulsa acciones desarrolladas sobre la base de los esfuerzos conjuntos de los actores y la compleja trama de cooperación interinstitucional que generan aprendizajes interactivos. Los nuevos conocimientos se combinan con los ya existentes generando capacidades y competencias. Por eso los conceptos de innovación, conocimiento y aprendizaje son interdependientes y se encuentran formando parte de un único entramado social cognitivo”. La innovación surge muchas veces a raíz de la difusión del conocimiento y de los espacios interactivos de aprendizaje, entendidos estos últimos como situaciones que ofrecen oportunidades para aprender a diversos actores cuando interactúan en la búsqueda de soluciones a un problema dado, involucrando organizaciones, personas variadas y ámbitos diversos (Arocena & Sutz, 2002). Y no perder el foco y comprender que la innovación no es solo hacer cosas nuevas, sino también hacer cosas que ya se están haciendo, pero de una forma distinta. Enfoque sistémico. La investigación y extensión deben brindar nuevas tecnologías, a partir de una configuración funcional y hacia un enfoque sistémico, para que el cambio sea el resultado de un proceso de trabajo basado en redes, aprendizaje interactivo y negociación entre un grupo heterogéneo de actores. Este tipo de visión reconoce que la innovación agrícola no significa solamente adoptar nuevas tecnologías, sino también de mantener un equilibrio entre nuevas prácticas técnicas y formas de organización alternativas (Leeuwis, 2004; Adjei-Nsiah, 2008) El pensamiento sistémico en la innovación ha evolucionado a través de los años, y para que este funcione y aumente la capacidad de innovación, los estudios enfatizan la necesidad de llegar a visiones compartidas, tener vínculos y flujos de información bien establecidos entre los diferentes actores públicos y privados (Hall, 2001; Pant, 2009; Röling., 2006, 2009). La inteligencia territorial es un enfoque de investigación-acción multidisciplinar, en el que intervienen investigadores y actores territoriales, y tiene básicamente dos objetivos: mejorar la comprensión de los factores que intervienen en el desarrollo sostenible y socialmente justo de los territorios y, sobre la base de esos conocimientos, incrementar la pertinencia, eficacia, eficiencia de las acciones y proyectos de los actores para lograr el buen vivir de sus habitantes en armonía con la naturaleza (Blanca Miedes). La ventaja de este enfoque es que mejora la calidad de las investigaciones realizadas, pues moviliza los conocimientos y los saberes prácticos de los actores sobre el terreno y a la vez permite que estos mismos actores se apropien directamente de los resultados de las investigaciones y los apliquen directamente a sus proyectos, reforzando la utilidad social de la actividad investigadora. La generalización de estos procesos puede tener como resultado que los territorios se vuelvan más “inteligentes”, es decir, que sus habitantes mejoren su capacidad individual y colectiva de aprender a identificar sus problemas.