Diseño y desarrollo de sistemas de producción sostenibles
Objetivo General
Contribuir al desarrollo de sistemas productivos bajo un esquema de intensificación sostenible que permitan mayor circularidad y resiliencia frente al cambio climático.
Resumen Ejecutivo
Este proyecto apunta al problema de la creciente demanda de alimentos, fibras, bioenergías y servicios, que generan mayor presión sobre el ambiente, los productores y las instituciones. Su justificación se encuentra en la necesidad de rediseñar los sistemas productivos para adaptarlos a las demandas de la sociedad, al cambio climático y a los compromisos internacionales asumidos. El diseño y desarrollo de sistemas sostenibles apunta a la tercera etapa de la intensificación sostenible y, por lo tanto, se constituye uno de los proyectos más desafiantes de la macrorregión pampeana ya que requerirá pensar en cómo serán los sistemas productivos hacia el 2030 bajo un escenario global de elevada incertidumbre. Abordará tanto el rediseño de los sistemas actuales como el diseño de sistemas innovadores y climáticamente inteligentes basados en el cumplimento de los ODS. Se propone partir de la línea de base de todos los avances logrados por las carteras de proyectos del INTA hasta la actualidad. A partir de esto, la articulación y colaboración intra y extra-INTA será la clave y la base para el desarrollo del proyecto. Esto significa que, además de generar las articulaciones con los instrumentos de la cartera 2023, se pondrá esfuerzo para crear lazos con el territorio con la finalidad de valorizar emprendimientos innovadores existentes, colaborar en su evaluación y brindar los espacios necesarios para el intercambio de información y la generación de compromisos entre los actores del territorio en relación a la sostenibilidad de los sistemas productivos. En resumen, se propone articular la información existente, más la generada por los otros proyectos de la macrorregión pampeana, a los efectos de diseñar y evaluar, mediante indicadores precisos, diseños novedosos de sistemas productivos que mantengan o incrementen la producción física, pero aumentando la eficiencia ambiental y la atención a la dimensión social. Además del financiamiento de la cartera, se cuenta hoy con financiamiento extra-INTA proveniente de convenios público-privados, público-público y de proyectos internacionales. Hacia el final del proyecto se espera tener el diseño de módulos demostrativos que pongan en evidencia a la sostenibilidad como propiedad emergente de los sistemas y que funcionen como un lugar de intercambios de saberes con los tomadores de decisiones del territorio. Para ello se propone como objetivo general contribuir al diseño de sistemas productivos innovadores, adaptados al cambio climático, en línea con los ODS. El proyecto se organizará en cuatro objetivos específicos proponen: 1) Diseñar agroecosistemas en función de diversos escenarios regionales, 2) Promover y fortalecer sistemas demostrativos para productores y empresas agropecuarias, 3) Generar contenidos para estrategias de comunicación hacia la sociedad con respecto a la sostenibilidad de los agroecosistemas, y 4) Fortalecer la integración de las capacidades en el territorio.
Descripción de Problemas y Oportunidades
A nivel global, el constante incremento de la población mundial provocará un aumento en la demanda global y local de alimentos y los procesos de mejora económica impulsarán cambios en la calidad de las dietas aumentando el consumo de proteínas. El debate sobre la alimentación mundial pone su mirada sobre la agricultura no solo por ser la proveedora de alimentos sino también por sus efectos ambientales, por la competencia por recursos considerados escasos (Ej., tierra, agua y energía fósil), por la degradación del suelo, la disminución de la biodiversidad, la contaminación del agua y del aire, y el impacto sobre el cambio climático (Steinfeld et al., 2006; Thornton y Gerber, 2010; Arelovich et al., 2011; Modernel et al., 2013; Faverin et al., 2019). A estos problemas ambientales se suman otras fuerzas impulsoras como nuevos hábitos alimenticios con menor impacto, la competencia por tierras para producir bioenergías, los nuevos marcos regulatorios en las interfases urbano-rurales y las potenciales barreras paraarancelarias por el incumplimiento de los compromisos internacionales afrontados. Si bien el aumento en la demanda mundial de alimentos puede ser favorable para países como Argentina, el escenario bajo el cual habrá que producirlos impulsará, inevitablemente, el rediseño de los sistemas de producción actuales. En este proceso de rediseño se apunta a desarrollar agroecosistemas menos antropizados, multifuncionales y con soluciones basadas en la naturaleza. Entendiendo como multifuncional que el SAB, como actividad económica, no está sólo caracterizada por la producción de bienes de provisión (alimentos, fibra y energía) sino también por la producción de servicios ecosistémicos “benéficos” (secuestro de carbono, control de adversidades, cantidad y calidad de provisión de agua) y de externalidades (contaminación, pérdida de biodiversidad, emisión de GEI) (OCDE, 2001; Power, 2010). Es decir, que tiendan a reducir la dependencia de recursos no renovables, reducir sus huellas ambientales, recuperar la capacidad productiva de los suelos, reducir las brechas de rendimiento, reducir la expansión de la frontera agrícola sobre suelos marginales y/o reservas de biodiversidad, maximizar la eficiencia de uso de los recursos a través de la optimización de los procesos ecológicos, adaptarse y contribuir a mitigar el cambio climático, promover la innovación tecnológica e institucional, y permitir la permanencia de todos los productores en el sistema agroalimentario (Gliessman, 1985, 1990; Altieri, 2002; Tittonell, 2014). Para lograrlo será necesario recurrir a tecnologías que resulten en una mayor productividad de insumos y recursos. Entre estas se destacan tanto las tecnologías “duras” como aquellas basadas en conocimientos y procesos (Andrade, 2020). Meynard et al (2006) identificaron formas diferentes de diseño de sistemas agropecuarios innovadores para el desarrollo sostenible: i) inventar nuevos sistemas de producción rompiendo con los actuales; ii) identificar y mejorar los sistemas de cultivo construidos por los actores locales; iii) ofrecer herramientas y métodos a los diferentes actores para mejorar sus propios sistemas o evaluar las propuestas realizadas por los científicos; iv) identificar las condiciones económicas, sociales y organizacionales que pueden ayudar a los actores a adoptar sistemas agropecuarios alternativos. Del relevamiento de problemas y oportunidades de INTA priorizados para la macro-región, se observa un preocupación creciente por la tendencia de los sistemas de producción actuales a una intensificación, con impacto ambiental. También se observa una amplia brecha tecnológica y productiva con un uso ineficiente y con baja recirculación de los recursos. Es entonces un objetivo de este proyecto contribuir al rediseño de los sistemas de producción integrales desde el lote hasta el consumidor. Dichos sistemas deben tener una visión de cuenca y de cadena, ajustándose a los paradigmas de la intensificación sostenible y la economía circular. Deben mejorar la eficiencia de uso de los recursos a nivel de lote (agua, nutrientes) así como también reducir pérdidas de poscosecha, y mejorar la dieta y la salud humana.