Intensificación sostenible de la producción ganadera pampeana
Objetivo General
Contribuir al desarrollo de la ganadería porcina, ovina y bovina de carne y leche de la gran región pampeana
Resumen Ejecutivo
La Región Pampeana concentra entre sus producciones ganaderas más del 60% de los bovinos para carne, el 75% de la porcina, 25% de la ovina y el 95% de la leche del país. Acompañada de una enorme producción agrícola que no alcanza a ser consumida en el territorio y debe ser exportada para integrar procesos de agregado de valor a otras regiones y países. En bovinos de carne, las tasas de destete siguen siendo del orden del 60%, acompañadas de recrías ineficientes y bajo peso a la faena; y el consumo de a mayo de 2022 alcanzó a 47,9 kilos por habitante. En producción porcina los kilos producidos por madre año promedio nacional todavía están por debajo del potencial productivo. El consumo interno de carne ovina sigue siendo insignificante en comparación con las otras carnes disponibles para los argentinos, de apenas 1,5 kilos per cápita/anual. En lechería el stock decayó muy fuerte en el año 2008, luego se mantuvo estancado por 9 años siendo el año 2021 el que menor cantidad de cabezas concentró. La escala, los recursos económicos, el nivel de formación y el tiempo que los actores disponen para analizar el impacto de la inclusión de tecnología, son factores limitantes para producir cambios en el sistema. Este proyecto apunta a realizar un aporte a la disminución de la brecha tecnológica productiva existente en los sistemas ganaderos de la Gran Región Pampeana vinculados con los bovinos de carne y leche, porcinos y ovinos, contemplando su diversidad y la de los actores que participan. Propone un trabajo articulado con las unidades demostrativas propias e interinstitucionales para cada uno de estos sistemas, generando propuestas de integración tecnológica bajo el enfoque de buenas prácticas y con indicadores ajustados y consensuados en las diversas dimensiones que implica la intensificación sostenible. El encuentro entre las propuestas y los actores del sector supone el despliegue de procesos de sensibilización acerca de la problemática, información ajustada a los intereses y necesidades de los mismos y espacios de aprendizaje capaces de promover la interacción para generar prácticas transformadoras. Las redes se piensan como la modalidad de acción de este proyecto, tanto a nivel interno (relación con programas nacionales, proyectos regionales, locales afines a la problemática) como con los actores del sector para el desarrollo de estrategias conjuntas. Al finalizar este proyecto se pretende contar con un conjunto de BPG desarrolladas, sistematizadas y disponibles para cada uno de los sistemas que involucra, unidades del INTA e interinstitucionales gestionadas con estrategias y herramientas de integración tecnológica consensuadas. También, con actores del sector sensibilizados, aplicando tecnologías y participando de procesos de mejora de los sistemas hacia una mayor intensificación con sostenibilidad en un entorno de redes territoriales fortalecidas aumentando la sinergia de las acciones.
Descripción de Problemas y Oportunidades
En ganadería intensiva el impacto ambiental, la economía circular, el uso racional de antibióticos, la bioseguridad y el bienestar animal son elementos que también deberán ser contemplados a la hora de definir los niveles de productividad y costos implicados. En los últimos años se evidenció un aumento de las existencias ganaderas y una creciente presión de la agricultura que genera una competencia adicional, las tierras cedidas son las de mejor aptitud, proponiendo un desafío mayor de lograr una mejora en la producción ganadera. En ganadería bovina, se observa una mala relación ternero/vaca (0,63) y bajos niveles de producción (230 kg carcasa; IPCVA 2022), exponiendo la existencia de brechas de rendimiento no explicadas por cuestiones agroecológicas. En el corto plazo, se evidencia que la carne bovina tiene más oportunidades en el mercado mundial que en el mercado nacional. La perspectiva hace suponer un incremento constante en el volumen y valor de las exportaciones argentinas, en especial debido a la particular demanda proveniente de los países asiáticos. En estas condiciones la ganadería de ciclo completo puede aportar una solución de alto impacto para los ambientes de la Pampa Húmeda. Focalizando el aporte a incrementar las tasas de destete, aumentar kilos en la recría y elevar el peso de res, pudiendo transferir recursos de la agricultura (granos y subproductos) eficientemente a la producción de carne. La actividad porcina nacional tuvo en las últimas dos décadas un fuerte crecimiento, pasando de las 223 mil toneladas producidas en el año 2000 a 696 en el año 2021. Este crecimiento estuvo sustentado por el consumo interno que pasó de los 7.8 kg habitante año en el año 2000 a los 15.9 registrado en el año 2021. Al mercado interno se le sumó el desarrollo del mercado de exportación a partir del año 2015, alcanzando más de 30 mil toneladas en el año 2021. Este nuevo escenario nos enfrenta a un de cambio de paradigmas basado en la eficiencia integral de los sistemas de producción para reducir costos, lo que denominamos porcinocultura de precisión. Para la carne ovina, diferentes programas del Gobierno Nacional trabajan en fortalecer al mercado de consumo local en una primera instancia, para apalancar al mercado de exportación (región extra-patagónica). Orientados a una nueva ganadería ovina, con intensificación del manejo en etapas clave del ciclo productivo que fácilmente permitirían incrementar los porcentajes de señalada o la cantidad y calidad de productos derivados, especialmente la carne (La Torraca, 2015, Papaleo Mazzucco J. y Hozbor F. 2021). Esta iniciativa intenta traccionar la demanda local y acompañarla con el aumento de la producción, ofreciendo un producto de calidad durante todo el año, el cordero pesado de alto rendimiento. En lechería, la producción nacional fue de 11.553 millones de litros en 2021(MAGyP, 2021), volumen que corresponde al 1,6% del total mundial. Los eslabones centrales de la cadena láctea lo conforman 10.400 tambos y 670 industrias procesadoras, las cuales se concentran en la región central del país (más del 95%). Los desafíos científicos-tecnológicos debieran estar orientados hacia un incremento de la eficiencia en la utilización de los recursos. Esto implica una redefinición de los roles y contribuciones de estos sistemas agro-alimentarios que incluyan la búsqueda de buenas prácticas ganaderas, generando servicios útiles para la sociedad y contribuyendo al desarrollo económico de los territorios. Nos referimos a los sistemas agroalimentarios en un sentido amplio, que incluye desde la producción de alimentos, bienes no alimenticios como energía y bio-fertilizantes, hasta no monetizados como la salud de los ecosistemas. Otro aspecto al que se hace referencia cuando se trata de intensificación ganadera, es la seguridad alimentaria mundial (World Food Security), que interviene colocando un nivel de incertidumbre respecto al uso actual de los recursos, los niveles de productividad y los costos implicados. La relación cambio climático-bioenergía-alimentos invita a revisar algunos modelos productivistas, con fuerte uso de recursos alimentarios extraprediales (principalmente cereales) los que ya comienzan a competir con la ganadería debido al uso alternativo como biocombustible.