Tecnologías sostenibles para el desarrollo de las economías de base frutícola, forestal y hortícola de Entre Ríos

Código:
2023-PE-L01-I027
Impacto:
Económico
Plazo:
48 Meses
Instrumento:
Proyecto estructural (Cartera 2023)
Título:
Tecnologías sostenibles para el desarrollo de las economías de base frutícola, forestal y hortícola de Entre Ríos
Centro o programa involucrado:
Centro Regional Entre Ríos

Objetivo General

Aportar tecnologías sostenibles a las economías regionales de base frutícola, forestal y hortícola de Entre Ríos.

Resumen Ejecutivo

Las actividades frutícola, forestal y hortícola de la región se caracterizan por la diversidad de productores en cuanto a su escala, capacidad de inversión, sistemas de producción y estrategias empresariales, por lo que las demandas de nuevas tecnologías y la adopción de las tecnologías sostenibles ya disponibles presentan dinámicas y enfoques particulares. Este proyecto pretende dar respuesta a las escasas tecnologías que aborden con una mirada integral el manejo de los sistemas productivos; y los conocimientos de manejo sostenible de los recursos naturales, escasa información sobre procesos de transformación y rentabilidad de diferentes esquemas productivos, así como el escaso conocimiento y adopción de las tecnologías disponibles para las producciones forestal, frutícola y hortícola. En cuanto a las oportunidades identificadas, se destacan las condiciones socioambientales para la diversificación productiva, para la adopción de tecnologías disponibles, y marcada presencia territorial institucional que favorece la construcción conjunta de los conocimientos. El objetivo del proyecto es aportar tecnologías sostenibles a las economías regionales de base frutícola, forestal y hortícola de Entre Ríos, para lo que se desarrollarán, adaptarán y evaluarán tecnologías y procesos innovadores, complementándose con un fuerte componente de extensión y comunicación. Se espera a partir de las actividades realizadas obtener tecnologías, servicios estratégicos e información disponibles, recursos humanos capacitados, publicaciones y otros recursos de comunicación elaborados y difundidos, módulos demostrativos instalados y vinculaciones y otros productos derivados de la gestión del proyecto. Se espera como resultados de este proyecto innovaciones tecnológicas para las economías regionales frutícola, forestal y hortícola, unidades demostrativas generando información, productores y elaboradores utilizando tecnologías propuestas por INTA, y espacios interinstitucionales consolidados y operando en el territorio.

Descripción de Problemas y Oportunidades

Según el Censo Nacional Agropecuario de 2018 (INDEC, 2021) en Entre Ríos se producen naranja, mandarina, limón, pomelo, arándanos, uva, nuez, durazno, frambuesa, kiwi, kumquat, manzana, y otros en 1054 explotaciones. La superficie cultivada con frutales abarca 33.887 ha, de las que los cítricos dulces representan el mayor porcentaje. Si bien en los últimos años se ha visto reducida la citricultura, se ha aumentado la densidad de plantación, recurriendo a tecnologías del riego y fertirriego, manteniendo lotes con un elevado nivel de tecnología. Se han incorporado nuevas variedades de mayor valor comercial, tanto para el mercado exportador como para el mercado interno, con la finalidad de incrementar la rentabilidad del cultivo. Dentro de los factores que afectan la producción citrícola podemos mencionar rendimiento y la calidad debido a plagas, enfermedades, inclemencias climáticas, problemas fisiológicos, problemas de manejo (fertilizaciones, podas y aplicaciones fitosanitarias), temas económicos, sociales y culturales relacionados a la cosecha, poscosecha y comercialización de cítricos dulces de la región. Por otro lado, en arándanos el uso de macetas permite incrementar densidad y mejorar la eficiencia de la producción, en pecán falta información unificada o validada del comportamiento de las variedades, y en vid se demandan conocimientos locales en cuestiones de manejo de las principales variedades plantadas en la región. En cuanto a la actividad forestal, en la provincia la superficie con bosques cultivados es de 146.910 hectáreas, de las que 115.818 corresponden a eucaliptos (SAGyP, 2021), cultivo que se extiende principalmente en la costa del Río Uruguay, distribuido entre un elevado número de productores de diversas características tecnológicas. Regionalmente, el 90% de la madera que producen los aserraderos corresponde a tablas verdes de baja calidad para construcción y embalaje, mientras que pocos aserraderos elaboran además diversos productos con valor agregado. Aunque las pautas de manejo para plantaciones de eucalipto han sido publicadas y difundidas de diversas maneras, en general, los productores manejan las plantaciones sin un objetivo definido, aplicando manejos inadecuados. Por su parte, las industrias demandan información sobre las maderas y su aptitud para cada uso, siendo fundamental el avance en la caracterización de las variedades más cultivadas en la región. Respecto de los bosques nativos, la provincia representa el 26,3 % de la superficie del Espinal, con 1.200.000 hectáreas (MAyDS, 2020). Esta ecorregión ha sufrido desmontes y extracción de los mejores ejemplares arbóreos, causando el deterioro de los bosques nativos, formaciones empobrecidas y fragmentadas y pérdida de individuos superiores. La reducción estimada de la superficie boscosa es del 70 % (Muñoz et al. 2005; MAyDS 2017). En este marco, la implementación de sistemas silvopastoriles cobra relevancia para compatibilizar una ganadería más intensiva, el manejo forestal y el mantenimiento de las funciones ecosistémicas. Por otro lado, la horticultura es una actividad de escaso desarrollo, que aporta el 0,3% del producto bruto interno (censo 2008). Las principales zonas productoras se ubican en las costas de los ríos Paraná y Uruguay. En la región nordeste, los predios productivos son de 0,5 a 1,5 hectáreas, apareciendo como parches entre otras producciones, donde se cultivan batata, lechuga, acelga, rúcula, melón, sandía, tomate y pimiento (MCBA, 2011). Esta gran variedad de especies destinada en su totalidad al consumo local, cubre solo el 20 % de la demanda de hortalizas; el resto proviene de otras zonas productoras, como Santa Fe, Corrientes y Buenos Aires. La producción hortícola entrerriana aplica paquetes tecnológicos generales y universales que maximizan la productividad, pero basados en el uso indiscriminado de agroquímicos, con la consecuente contaminación de los productos cosechados, agua, aire, suelos y personas, y pérdida de biodiversidad (Sarandón y Flores 2014). Por ello es necesario rediseñar los sistemas productivos convencionales considerando, que los agroecosistemas pueden ser manipulados para mejorar la producción en forma sustentable con menor impacto en la biodiversidad, pérdida de fertilidad del suelo y contaminación del agua, mejorando la salud del agrosistema y de los productores.

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